Técnicas de Construcción

El tapial

Para la construcción de los muros de tapia se emplea un encofrado característico, denominado tapial o cajón. Para armarlo, es necesario disponer de dos tableros paralelos (también llamados tapiales) que se colocan de canto y a plomo, definiendo el ancho del muro y la altura de la hiladaCada una de las líneas de módulos de tapia colocados a un mismo nivel de tapia. Estos tableros suelen tener una longitud de entre 1,50 y 3 metros – de manera que pueden ser manejados por un par de trabajadores – y una altura inferior a un metro. De esta manera, al ser colocados de canto, quedan por debajo de los codos de un operario situado en su interior y pueden ser apisonados desde dentro.

El espacio del cajón se cierra lateralmente por unos tableros denominados fronteras, que tienen la anchura del muro y se colocan transversalmente a él, fijando la separación de los tapiales. Al ejecutar el primer cajón de cada hilada es necesario emplear dos fronteras que lo limitan por cada uno de sus extremos. A partir de este punto, cada nuevo módulo está limitado en uno de sus lados por el tramo de tapia realizado inmediatamente antes y sólo es necesario emplear una frontera.

Cajón, aro y tapialera según el Arte de Albañilería de Juan de Villanueva, 1827.

Con el objeto de sostener los tapiales, se emplean unos aros que se disponen habitualmente en los dos extremos y en el centro del cajón. Estos aros están constituidos por cuatro elementos: una aguja inferior, horizontal y transversal al muro; dos costales verticales, dispuestos por el exterior de los tapiales; y un elemento superior de atado, que podrá ser una cuerda, una cadena o una segunda aguja.

Las agujas son piezas de madera o hierro que se colocan perpendicularmente al muro y sirven para sostener los tapiales. En la arquitectura doméstica y de común, las agujas suelen ser recuperables y dejan en el paramento los pequeños mechinales Agujero que se deja en un muro para insertar el extremo de una viga o una barra horizontal de un andamio o encofrado ritmados que caracterizan el alzado de los muros de tapia. Para facilitar la recuperación de las agujas tras el desmontaje del tapial, en ocasiones se colocan fragmentos de teja, ladrillo o piedra que funcionan como pequeños dinteles y evitan que la aguja quede atrapada.

Una vez montado el cajón, la mezcla se vierte en su interior en capas de entre 10 y 15 cm, que son compactadas hasta que se reducen aproximadamente a la mitad de su volumen y producen un sonido seco al ser golpeadas por el pisón.